CESAN A JUAN RAMON LUCAS, EL DIA EN QUE MURIO LA RADIO

Traigo a mi blog este comentario sobre el cese de Juan ramón lucas, por parte de Pablo Herreos, que ilustra perfectamente lo que también pienso sobre el tema.  Uno ya se empieza a cansar del intervencionismo de los partidos políticos en los medios, pero en este caso es que RNE, es la radio pública de todos...   Flaco favor le ha hecho el gobierno a la libertad de expresión, en fin...


El jueves pasado me colé por un huequillo en el Palacio de la Moncloa y escuché esto:
Rajoy: “Vamos a despedir a 300.000 empleados públicos y a Juan Ramón Lucas”
Asesor: “¿Por qué a Juan Ramón Lucas…?”

Rajoy: “¿Ves? ¡Soy un fenómeno! Nadie pregunta por los 300.000 trabajadores…”

Por aquello de que me coge cerca, he preferido esperar unos días para analizar el cese de Juan Ramón Lucas de Radio Nacional. Y pasada una semana, el poso que deja la decisión del Gobierno es nítido: todo el mundo -incluidos miembros del propio Partido Popular, en privado- cree injustificada y errónea la decisión de despedir a Juanra Lucas. Conozco a Juanra hace años, y desde hace dos temporadas he tenido además el privilegio de ser un trocito pequeño de su programa En Días Como Hoy, con una sección semanal sobre internet que hacía los viernes.


El caso es que el viernes pasado, y diciéndoselo al terminar el programa para que Juanra no pudiera despedirse de sus oyentes, el gobierno echó a Lucas de En Días Como Hoy. Por suerte, Toni Garrido aprovechó a su vez su último programa para despedirse y además hacer este precioso homenaje en antena a la radio libre y a Juanra (a Toni no lo despidieron porque justo se le terminaba el contrato, y él, listo como los ratones coloraos, dedujo que no le iban a renovar en septiembre  .

¿Por qué echan a Lucas?
Pues eso debería contestarlo el Gobierno, pero mi sensación es clarísima: por tocar las narices y por hacer un periodismo independiente de cualquier partido. A Rubalcaba o a otros dirigentes socialistas, Juanra les hizo en los últimos meses preguntas incómodas, como también se las hizo al Gobierno. La diferencia es que los socialistas no podían moverle la silla y el PP sí. Sí, el estilo de Lucas no es el incisivo de Ana Pastor, pero desde la amabilidad nunca ha dejado de cumplir con su obligación de contar las cosas con objetividad; no ha dejado de preguntar lo que debe a cada uno. Y probablemente a Dolores de Cospedal no le haya gustado que le preguntase hace unas semanas por sus tres sueldos, ni tampoco le gustaría a Soraya Sáenz de Santamaría que Juanra contrapusiese sus declaraciones de hace un año frente a las actuales, con opiniones completamente antitéticas sobre decisiones de gobierno que antes criticaban y hoy aplican. En fin, periodismo; nada fuera de lo normal en tiempos normales.


Como la mediocridad abunda en la política, ha faltado tiempo para que el portavoz del PP en RTVE, Ramón Moreno, saliera a decir que, tras las críticas que han suscitado relevos como el de Juan Ramón Lucas o Toni Garrido en Radio 1, “sólo hay mala fe“. Literal.

Se ve que el hombre quiere caer bien a sus superiores, porque el trabajo de Lucas en sus cuatro años de radio pública es tan impecable que hasta el propio Anson, sin conocerlo de nada, y nada sospechoso de ser anti-PP, ha salido a decir que su despido es un error garrafal del Gobierno (también lo dice Martínez Soler). Este despido ni siquiera se sostiene aludiendo a los recortes. Pero como entenderá el lector que yo mismo soy parcial en mi valoración de Juan Ramón Lucas, me remito a los datos del EGM: Lucas cogió el programa con 600.000 oyentes y lo ha hecho crecer todos los años, sin excepción, hasta los 1.429.000 oyentes que tenía hasta hoy. Es el dato más alto de toda la historia de RNE, por lo que parece que la gente ha apreciado su buen hacer con gobiernos del PSOE y del PP.

La sensación de amargura de los oyentes a través de los comentarios en medios sociales es absoluta: un millón cuatrocientas mil personas se sienten -nos sentimos- huérfanos y con ganas de no volver a poner la radio por las mañanas, sin que nadie encuentre consuelo ni razón para un despido tan arbitrario. No tenéis más que ver los más de 1.000 comentarios -se dice pronto- que la gente ha dejado en este post de Facebook del programa y en este otro sobre Lucas y su equipo, o todo lo que se ha dicho en Twitter. Ha sido tal el ruido negativo contra el Gobierno (hay hasta una protesta en Change.org con casi 20.000 firmas), que probablemente eso pueda salvar a Pepa Fernández -que presenta las mañanas de sábado y domingo- de ser despedida, como se esperaba. En las quinielas aparecía igual que Lucas y Garrido, pero lo de éstos ha sentado tan mal, que puede que a ella le salven la cabeza para que no parezca tan patética la conversión de una radio pública en la radio del Gobierno del PP.

¿Qué pretende el Gobierno con una decisión tan impopular? Supongo que poner a alguien dócil y dispuesto a decir lo que le pidan que diga. Pero es patético que en los tiempos de las redes sociales y del mundo líquido, nuestro Gobierno crea que poniendo una voz de su amo van a influir en alguien. El nombre del sustituto de Juan Ramón Lucas lo hicieron público ayer: Manolo HH. No lo conozco apenas, salvo por haber coincidido con él algunos viernes porque -curiosamente- Manolo HH era reportero del programa de Lucas. Me cae simpático y me parece un buen reportero, con mucho gancho para hacer conexiones en directo. De ahí a gobernar un programa de 6 horas va un abismo, pero no seré tan imprudente de juzgar a quien no conozco.

Si el PP quita a Lucas, el mayor motor de RNE durante los últimos 5 años, y lo sustituye por alguien a quien los oyentes apenas conocen, y a quien presumo que habrán pedido que no se salga del tiesto, el programa languidecerá. Y si eso sucede y vuelven a tener los 500 ó 600.000 oyentes de antaño, la influencia que el Gobierno pretende ejercer, caerá sólo sobre quienes ya están convencidos de antemano de lo bueno que es Rajoy, que nos lleva de excursión. Mientras, y por si el Gobierno tenía pocos problemas, ahora tienen un millón y pico de personas jodidas por quedarse sin su programa de radio favorito y con ganas de joder a quien se lo quitó. Para una cosa objetivamente buena que había hecho Zapatero, una radio y una televisión públicas de verdad, van y se las cargan.


Es graciosa la maniobra, porque a Juan Ramón Lucas lo han puesto en casa. Literalmente. Pero también en sentido figurado, sin quererlo. Leyendo los elogios de compañeros de profesión de todas las tendencias y de la gente en las redes sociales, yo diría que nadie ha hecho nunca tanto por la marca personal y por la credibilidad de Juanra Lucas como el Partido Popular. Juanra debería darles un porcentaje de sus ganancias futuras, pues sin pretenderlo le han dado alas…;).

Si a alguien le interesa saber cómo se trabaja con Lucas, mi experiencia es esta: desde mi primera aparición, lleno de nervios, hasta la última, ha habido decenas de mañanas en que he intentado divertir y divulgar sobre lo que sucede en internet; casi siempre con humor y buen tono, pero muchas veces reprendiendo al gobierno de Zapatero y al de Rajoy por su nefasta Ley Sinde y por plegarse de forma penosa al lobby de la industria musical. Siempre lo he criticado y, tanto con PSOE como con PP, Lucas siempre me ha permitido, a mí y a todos los demás colaboradores, que dijésemos lo que quisiéramos. Libertad de expresión se llama, Mariano.
Se lo he dicho en privado pero quiero hacerlo en público: muchísimas gracias, Juanra, por creer que yo podía aportar algo a ese equipo tan impresionante que tenías, y gracias por hacerme pasar miedo por tener enfrentarme cada semana a seleccionar temas que estuvieran a la altura del programa. Ha sido un placer compartir cartel además con colaboradores tan prestigiosos como los que Juanra tenía.
A los miembros del equipo: Araceli, Marc, Paula, Elena, Maribel, ‘Lauras’, Willy, Raúl, Enrique, Juanqui, Carlos, Meritxell, Fernando, Mónica, Loreto, Mar, Paloma, Yagoba…(seguro que me dejo a alguien…), siento no saber bien qué deciros. Mil gracias por cuidarme siempre y por mostrarme vuestro cariño. Aunque los mediocres os corten las alas, seguiréis brillando juntos o por vuestra cuenta. Ellos no. No os encabronéis y seguid dando ese ejemplo que dais cada mañana, aunque los directivos y los políticos no lo merezcan (los oyentes sí, y hoy os necesitan más que ayer).

Como hay quien me pregunta si seguiré con quien sustituye a Lucas, aprovecho para aunciarlo aquí: desde que supe que a Juanra lo despedían, me faltó tiempo para posicionarme públicamente a su lado y para criticar la sinrazón de su despido, una decisión más del gobierno contra sus ciudadanos. No tengo nada contra Manolo HH, ni sé si él contaría conmigo; pero no me veo yendo a un estudio de radio en el que me falta Juanra. Él me llamó y con él me voy. Pierdo un trabajo que me encantaba -y que me daba unos ingresos que necesito-, pero me hace más feliz ser leal a quien me eligió y tener la suerte de mandar en mi destino. ¡Suerte a los profesionales y a los oyentes! Parafraseando a Don McLean, el despido a Juanra Lucas es the day the radio died. Fundido a negro, que vuelve el NO-DO.