luns, 28 de outubro de 2013

MILAGRO EN CARBALLO

Si la piedra angular que debe sostener todo el edificio de las artes escénicas son los públicos, ¿por qué los maltratamos, los menospreciamos o los obviamos? Algunos gestores viven sus experiencias a caballo entre la tozudez del político de turno y la ilusión de las teorías mágicas de algunos especialistas en redondear los cuadrados o viceversa que dan a entender que los públicos se crean por impulsos y voluntades, en tertulias de café y por decisiones administrativas y no por esfuerzo, análisis, acercamientos, encuestas y acciones de muchas índoles, pero la principal, con programaciones que sepan primero captar y después mantener a esos públicos.

Cuando hablamos de públicos tenemos la tendencia a mirarn a lo que sucede en los grandes centros de exhibición, en las capitales, con una masa crítica que proporciona un caudal potencial de clientela suficiente a todos los productos que se ofrecen como para establecer cuadros estadísticos que pueden orientarnos, pero que se deben aquilatar, o hacer análisis ponderados. He escrito deliberadamente productos, porque cuando se lanzan campanas al vuelo por rebasar ciertas cifras redondas de asistencia a espectáculos o festivales, si miramos con detenimiento encontramos excesivos productos de consumo para los públicos de aluvión que no dejan más reguero que el oportunismo y la sustentación de unos productos confeccionados con fórmulas de éxito, en donde la calidad puede ser, incluso, buena, pero que su interés cultural, dramático no alcanza un valor comparable para considerarlo con todas sus consecuencias como algo que ayude al avance de la sociedad, de la cultura y todos esos conceptos que se deberían también barajar en la valoración de las programaciones.

Pero ¿qué sucede en las programaciones, los festivales, los eventos en las capitales de provincias, en las ciudades de menos de cincuenta mil habitantes o en los pueblos de veinte mil o menos, que son donde están la inmensa mayoría de las salas de exhibición de las redes actuales? En términos absolutos, la incidencia es menor, pero en términos relativos, podemos encontrarnos en porcentajes relacionados con la demografía del lugar con bastante mejor cualificación que en las grandes capitales. Y se debe a muchos factores, entre ellos la política de precios, las circunstancias socio-culturales y económicas y, aquí de nuevo el tipo de programaciónson los elementos que influyen. Y en este sentido, uno siente que se tiende al teatro más comercial, a los productos del oligopolio, a complacer a unos sectores sociales de la clases medias altas. Con excepciones, características de cada lugar y otros factores importantes, por ahí parecen canalizarse los esfuerzos.


Por eso queremos resaltar una circunstancia ejemplar en Carballo, donde acudimos al estreno del último espectáculo de Titzina, dentro del XXI Festival Internacional Outono de Teatro, con la sala del Pazo da Cultura completamente llena, repleta de públicos de diferentes edades, dato muy importante. Importantísimo. Y se demuestra que se pueda hacer en una localidad de esta demografía, 30.000 habitantes, un estreno de esta entidad, y se puede sentir que la excelente programación de todo el festival es una declaración de principios de cómo gestionar dineros públicos, de cómo gestionar públicos, fidelizándolos no solamente para lo obvio y televisivo, sino para lenguajes nuevos, para propuestas de valor cultural añadido, de estéticas no convencionales, por lo que hay que aplaudir y felicitar a todos los agentes concurrentes.

Baste con decir que allí en Carballo tienen un grave problema de públicos, sí, pero de públicos que se quejan por no poder asistir, ya que se venden los bonos en poco minutos, y la venta anticipada agota las localidades en horas. ¿Un milagro? No una gestión adecuada. Una coherencia, el saber aprovechar las energías, la cogestión entre una entidad privada cultural que lo organiza, y el ayuntamiento que le da el soporte, la infraestructura y trabajan en común, por el bien del teatro, la cultura y de los públicos.

Y este efecto del FIOT se sustenta con una programación continuada durante todo el año, con programaciones cada viernes, con abrirse a nuevas experiencias, con involucrar a entidades, empresas locales, establecimientos de restauración. Un ejemplo a tener en cuenta. Y no es que sea nada inventado en Carballo, pero han sabido aprovechar todos los resortes para que funcione. Una manera de gestionar que debería estudiarse porque demuestra que es algo posible, que los públicos responden cuanto se siente concernidos, cuando se les trata bien, se les reconoce, se les involucra. Eso sí, eso significa más trabajo para los programadores y funcionarios. Ahí está la diferencia, una parte del milagro.

venres, 4 de outubro de 2013

As termas ocultas de Galicia


CUNTIS E CARBALLO GARDAN NO SEU SUBSOLO RESTOS DE EDIFICIOS TERMAIS ROMANOS XA ESCAVADOS HAI SéCULOS

As termas ocultas de Galicia




3 / 10 / 2013
Santiago. Redacción
 

As termas romanas sempre crearon fascinación entre os investigadores e o gran público, e en Galicia aínda fican algunhas baixo terra. Tres investigadores da vila de Cuntis revelaron o achado en documentos dunha posible terma romana baixo as lousas da Rúa Real da súa vila, escavada xa en 1831. O redescubrimento lembra tamén á espectacular terma romana de Carballo, orixe da primeira escavación arqueolóxica de Galicia, a finais do século XVIII, e tamén baixo terra.       
Os romanos edificaron numerosas termas en Galicia. Baños coma os de Lugo, as Burgas de Ourense ou o vínculo entre o campamento romano de Aquis Querquennis, a pousada da vía e as fontes termais próximas son ben coñecidos e visitados, pero algunhas vilas termais de Galicia aínda seguen a gardar no seu subsolo gloriosos edificios que principian a longa tradición dos baños públicos en Galicia e que curiosamente estrearon a práctica da arqueoloxía en Galicia.

Piscinas baixo a Rúa Real
Onte, tres novos investigadores de Cuntis, Héitor Picallo, Martiño Picallo e Diego Torres Iglesias deron conta no Diario de Pontevedra do achado dos informes manuscritos dun médico ribeirense, Manuel Xacobe Fernández Mariño, quen escavou casualmente no ano 1831, durante os traballos de acondicionamento dunha das fontes termais de Cuntis, un posible baño romano en bo estado. De aquela, o achado entusiasmou aos intelectuais da zona, que deron conta del en diferentes Publicacións. Tratábase “dun gran baño de construcción romana, a la profundidad de dos varas bajo el nivel de la calle principal, con paredillas muy compactas. Fernández Mariño achara ademáis importantes restos da cultura material: “Sobre una pared de este baño se halló una pequeña estatua de metal, que figura ser un Edil romano, y una inscripción en lo interior de la pared, al lado de una corona, que desgraciadamente destruyeron los operarios”. O interesante é que Fernández Mariño, consciente da relevancia do achado, ordenou tapar o achado e protexelo con obra de grandes bloques de granito. Segundo Héitor Picallo, a construción aínda está ao carón da fonte termal ubicada hoxe na Rúa Real, e insta a que “cando se poida, o bo sentido da Administración pública cuntiense leve a se aniamr a dar rescate e pór en valor esta estrutura arqueolóxica”.

O alcalde de Cuntis manifestou hoxe que o concello vai tentar recuperar o baño romano.


Plano da escavación arqueolóxica das termas de Carballo. Pódese ver a casa do cura por riba da terma

As termas de Carballo
Non é o único baño romano soterrado nas vilas termais galegas. A temperá e fortuita excavación da terma de Cuntis pon sobre a mesa a que debe ser a primera excavación arqueolóxica metódica levada a cabo en Galicia, en 1777, para localizar as termas de Carballo. Se ben o saqueo de sitios arqueolóxicos en Galicia é máis antigo, a investigación levada a cabo en Carballo, como parte dun pleito xudicial entre o cura da parroquia e o propietario da terma, puxo en relevo un espectacular complexo termal hoxe sepultado baixo a vila, e que no seu momento provocou a admiración dun dos peritos, o arquitecto Miguel Ferro Caaveiro. A terma de Carballo foi localizada a partir da existencia dunha “medoña” ( o termo local para mámoa”) que botaba vapor en 1716. Iso espertou a curiosidade dos veciños, que escavaron no lugar na procura de tesouros. A historia desta escavación detállase no artigo “O balneario romano de Carballo segundo as fontes do Arquivo do Reino de Galicia (Unha excavación arqueolóxica no século XVIII)”, publicado por Gregorio Casado e Rosa Franco na revista Gallaecia e que se pode consultar nas ligazóns desta noticia.

Tras a aparición destas estruturas soterradas, edificouse unha capela, uns baños e unha pousada financiada polo cura da parroquia, quen obtiña beneficios dos doentes que acudían a estes baños. Un pleito entre o cura e o propietario das terras provocou a excavación dun enorme complexo que fascinou aos peritos que durante varios días movilizaron ducias de peóns, exhumando un gran edificio público que se estendía mesmo por debaixo da casa do cura, e que Gregorio Casado e Rosa Franco identifican claramente como edificio termal romano. Hoxe estas ruínas atópanse baixo o casco urbano de Carballo.

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