domingo, 30 de setembro de 2018

Ana Carrasco hace historia: primera mujer en ganar un mundial de motociclismo

Ana Cararsco se ha convertido en la nueva referencia del deporte femenino a nivel mundial al ganar el campeonato del mundo de Supersport 300. Es la primera mujer que gana un título mundial

Ana Carrasco, campeona del mundo. (@AnaCarrasco_22)


30/09/2018 13:25 - Actualizado: 30/09/2018 
Hace un año, en el circuito de Portimao, Ana Carrasco logró su primera victoria en la nueva categoría de Supersport 300. Fue un triunfo que pasó prácticamente desapercibido más allá de los medios especializados. Un año más tarde, Carrasco, después de ganar un par de carreras más y liderar el campeonato casi desde su inicio, se ha proclamado campeona del mundo de Supersport 300. Y esta vez la noticia dará la vuelta al mundo.
Carrasco logró el título de manera épica, por solo un punto de diferencia sobre el también español Mika Pérez y tras salir desde la 25ª posición en el circuito francés de Magny-Cours. Durante muchas vueltas tuvo perdido el título. Pérez y el neerlandés Scott Deroue luchaban por las primeras plazas mientras Carrasco rodaba al final del pelotón, la 20ª posición. Pero a ocho vueltas del final, todo empezó a cambiar. Deroue sufrió una avería y Carrasco comenzó su remontada. A cinco vueltas para el final aún era 19ª, pero logró cruzar la meta 13ª y sumar los puntos necesarios para superar a Pérez en un punto, que terminó segundo.
El triunfo de la piloto murciana es mucho más importante y trascendente de lo que a primera vista puede parecer. El deporte femenino siempre ha estado segregado del masculino. Las competiciones de motor son, seguramente, las únicas en las que las mujeres y los hombres compiten en igualdad de condiciones, sobre el mismo terreno y con las mismas armas. Por eso el título de Ana Carrasco marca una nueva referencia en la historia del deporte, y la murciana pasará a la posteridad como la primera mujer que gana un campeonato en disputa abierta con los hombres.
En el pasado hubo pioneras que estuvieron cerca del éxito, como Michele Mouton, con Fabrizia Pons como copiloto, que fue subcampeona del mundo de rallyes en 1982 y ganó cuatro carreras del Mundial. Ella fue, sin duda, la primera referencia. También fue inolvidable el triunfo de Jutta Kleinschmidt en el Rally Dakar de 2001, y notables pioneras como Taru Rinne y Tomoko Igata, en los años ochenta y noventa, que consiguieron los mejores resultados de una mujer en un gran premio motociclista: un séptimo puesto en una carrera del Mundial de 125. También María Herrera marcó un hito en 2013 al ganar dos carreras del Campeonato de España de Velocidad (CEV), antes de que este certamen terminara convertido en el FIM CEV Mundial Junior.
En el caso del motociclismo, algunas especialidades cuentan con campeonatos específicos para mujeres, como el motocross, el enduro y el trial, y también hay campeonatos nacionales femeninos, pero son cada vez más frecuentes las mujeres que se miden con los hombres de tú a tú, porque no se ven diferentes de ellos –y no lo son–, porque son como cualquier otro piloto del 'paddock'. Es imprescindible citar a Laia Sanz, múltiple campeona del mundo de trial y enduro femeninos, y destacada en el Rally Dakar –es la mujer que ha logrado la mejor clasificación final en la carrera–, pero el físico marca mucho las diferencias en las especialidades 'off-road' de moto. Siendo niña, en edad cadete (13 años), Laia batió a toda la competencia masculina en el campeonato de España, y siguió compitiendo a nivel nacional absoluto alguna temporada más, antes de centrarse en los campeonatos femeninos de trial.
En 2016, la finlandesa Kirsi Kainulainen, pasajera en el side pilotado por Pekka Päivärinta, ganó el campeonato del mundo de sidecares, convirtiéndose así en la primera mujer que logra un título mundial absoluto, aunque en este caso no se trataba de un título individual.
El año de la mujer
Ana Carrasco ha roto el techo de cristal del deporte femenino, y lo ha conseguido en 2018, un año clave para la reivindicación de la mujer. Desde el pasado 8 de marzo, Día de la Mujer, se han sucedido e incrementado los movimientos y las acciones de las mujeres para conseguir el espacio que se merecen. Con su triunfo en el Mundial de Supersport 300, Ana Carrasco ha dado un nuevo impulso a esas reivindicaciones y ha demostrado a todo el mundo que la mujer no tiene techo.
Además, por encima de reivindicaciones de género, el éxito de Ana Carrasco es la recompensa al esfuerzo de una deportista que se ha sacrificado y ha luchado con humildad y dedicación. Ana forma parte de una generación de niñas que se enfrentaron sin complejos a un deporte que años atrás parecía destinado exclusivamente a los hombres.
"En las motos es difícil lograr buen material si eres mujer, confían más en un hombre"
Samuel Ruiz
La murciana volvió a inscribir su nombre en la enciclopedia de las dos ruedas tras imponerse en Portugal. Una consecuencia a una vida con mucho sacrificio en un mundo de hombres
Desde los cuatro años montó en moto, y en cuanto pudo compitió. Con 14 ya estaba en el CEV, puntuando, y en 2013 debutó en el Mundial de Moto3, donde logró una octava posición como mejor resultado. Es, después de las de Rinne e Igata, la mejor clasificación de una mujer en un gran premio. Los dos siguientes años fueron duros, con resultados pobres y un paso discreto por Moto3. Recogió velas y se concentró en el FIM CEV, pero corriendo en Moto2, donde tampoco le acompañó la fortuna.
Una situación así no resulta fácil para ningún piloto, y con frecuencia es sinónimo de declive, una palabra terrible cuando sólo se tienen 19 años. Ana Carrasco no se rindió. La nueva categoría de Supersport 300, encuadrada dentro del Mundial de SBK, el campeonato para motos derivadas de serie, le dio una oportunidad de reinventarse. Alejada de la atención mediática, con resultados discretos al inicio, pero totalmente confiada en sus posibilidades, Ana fue creciendo poco a poco en el campeonato.
Para algunos no dejaba de ser una exótica presencia en el campeonato mundial de velocidad más básico de cuantos existen, pero basta con ver cómo son las carreras de SSP 300 para darse cuenta de que, aunque se trate de las motos menos potentes de cuantas hay en competición mundial, también es la categoría más abierta y disputada de cuantas existen. Su victoria en Portimao en 2017 resultó espectacular, y la contundencia con la que se puso a mandar en el presente Mundial tras los triunfos en Imola y Donington es la constatación de su madurez deportiva. Es una merecida campeona.





mércores, 26 de setembro de 2018

La hazaña de Domingo Fontán: un mapa de Galicia del siglo XIX increíblemente exacto





Manuel Rey

Un caballo, un cuaderno y unos cuantos instrumentos cartográficos le bastaron a Domingo Fontán para construir una historia tan épica como desconocida. Este geógrafo entregó más de 20 años de su vida a realizar una obra adelantada a su tiempo: la Carta Geométrica de Galicia; un mapa que retrata el territorio con un rigor que, en muchos lugares, no se consiguió superar hasta que el ser humano pudo enviar satélites al espacio. Y este gallego lo logró en 1834.

Domingo Fontán Rodríguez nació en Porta do Conde, una aldea del municipio de Portas, en Pontevedra, el 17 de abril de 1788, un año antes de la Revolución Francesa que acabaría influyendo de forma decisiva en su formación. Su tío Sebastián, sacerdote en la villa de Noia, había acogido en la parroquia a un grupo de religiosos franceses que habían huído de su país. Y gracias a ellos, años después, Domingo aprendió sus primeras nociones de francés e inglés.

En 1800, siendo un niño de 12 años, Fontán se matricula en Filosofía en la Universidade de Santiago de Compostela. Asiste a clases de numerosas ramas de las Humanidades y las Ciencias Exactas, y pronto da muestras de su capacidad para el estudio. Con apenas 24 años, en 1812, ya es catedrático substituto, y poco después se convertiría en catedrático titular.

Imagen: Domingo Fontán. (Commons)

Uno de sus profesores, José Rodríguez, era un matemático de referencia internacional, autor de algunos de los trabajos que definieron el sistema métrico decimal. Y también hoy olvidado y desconocido en Galicia y España. En 1808, está documentado que Rodríguez presentó ante la Junta Suprema Central del Reino el proyecto para elaborar un mapa general de España, que al final no vio la luz debido a la Guerra de Independencia, la conflictividad política y los encargos que Rodríguez recibió del extranjero (entre ellos, la oferta del zar Alejandro I para dirigir el observatorio de San Petersburgo, que acabaría rechazando).

¿Cómo se hizo la carta?
"Toda nación civilizada que desea la prosperidad de su país debe tener a la vista un diseño exacto de este", dejó escrito Rodríguez en el proyecto encargado por el gobierno. Su discípulo Fontán grabó a fuego aquellas ideas en su memoria. Y quiso dotar a su tierra, Galicia, del rostro que ayudaría a entenderla (y entenderse) mejor. Un palomar del Pazo de Sobrecarreira fue el campo del pruebas donde empezó todo. En este lugar, situado cerca de la ciudad de A Coruña, el geógrafo comenzó a trazar ángulos con sus aparatos y su plancheta, y a anotar los accidentes geográficos que veía en el horizonte para luego calcular sus distancias.

Imagen: A la altura de Vigo.

Aquí Rodríguez también jugó un papel clave. El maestro de Domingo había traído de sus viajes por Europa algunos de las herramientas cartográficas más precisas y modernas de aquel momento, así como las obras de los geógrafos de referencia en el continente. Y como Rodríguez, Fontán utilizó también el sistema métrico decimal, algo que en España apenas se hacía en aquel momento. Todo ello se notó al realizar aquellas pruebas; y todo parecía ir sobre ruedas.

Hacía falta, sin embargo, un punto de partida para ubicar aquellas medidas en un determinado punto de la Tierra. Y Fontán escogió un lugar simbólico, que además quedaba a sólo unos pasos de su casa en la rúa do Vilar de Santiago: la Berenguela, la torre del reloj de la Catedral, sería la primera estación desde dónde mediría el resto de la Carta Geométrica de Galicia.
Imagen: La presentación de la carta. (Manuel Rey)

"Encontré la latitud de la Torre de la Catedral por más de 144 observaciones astronómicas de la Polar, y por otras 200 de Orión y por alturas meridianas del Sol", anotó en sus cuadernos de trabajo. Ya tenía ubicado su punto de partida. Pero faltaba otra pata importante: una recta con una medida exacta, que fuese el primer lado de los múltiples triángulos con los que iba a construir el mapa. Lograr esto en Galicia, un territorio ondulado, escarpado y con pocas llanuras, era complicado. Pero consiguió trazar esta línea al norte de la ciudad de Santiago, entre Boisaca y Formarís.
Además, para facilitar el trabajo, Domingo Fontán decidió dividir Galicia en dos partes, la oriental y la occidental. Comenzó por el oeste, y pocos años después se centró en terminar la parte este, para la que trazó otra recta en O Corgo, cerca de Lugo. Y midió también las zonas fronterizas con Portugal, Castilla y León y Asturias, para facilitar una posible extensión de la Carta al resto de la Península.

Imagen:A la altura de Ferrol.

Era un trabajo que requería una enorme precisión, correcciones constantes y que, sobre todo, obligaba a recorrer palmo a palmo el terreno para no dejar ningún detalle al azar. En la época en la que vivió Fontán, Galicia era uno de las zonas más pobladas de la península Ibérica. Y además, como aún ocurre hoy, su población es muy dispersa (según el INE, la mitad de los núcleos de población de toda España están en Galicia).

Así, Fontán y sus ayudantes ocasionales se subían a lo alto de las montañas, de los campanarios de las iglesias, anotaban los ríos, los puentes, las posadas, las ferias, las herrerías, los monasterios... Más de 27.000 kilómetros cuadrados que el geógrafo pisó casi metro a metro. Cada estación era un vértice para trazar una nueva rama de triángulos, y era también un nuevo trazo para conocer mejor Galicia. Todo quedó registrado en la Carta.

A bastantes kilómetros de distancia, su hermano Andrés, muy ligado a Domingo durante toda su vida, hacía un trabajo indispensable para el éxito del proyecto. Todos los días, a la misma hora, Andrés y Domingo tenían un cometido. A nivel del mar, en Noia, el primero calculaba la presión y la temperatura; y mientras, el geógrafo hacía los mismos cálculos en la estación donde estuviera situado. De esta manera, se podía calcular la altura de los vértices en los que se encontraba Domingo, lo que hacía el mapa aún más exacto.

Del terreno al papel
Cuando terminó de recorrer Galicia, Fontán tuvo que afrontar la siguiente fase del proyecto: poner sobre el papel los miles de anotaciones que había hecho durante años. En diciembre de 1834, al fin, después de diversos obstáculos y múltiples revisiones, la regente María Cristina vio de primera mano el manuscrito de la Carta, y autorizó los trabajos de grabado.

Imagenes: Un ejemplo de la versión de 1834. 


Sin embargo, habría que esperar aún 11 años más para que el rostro de Galicia pudiese empezar a difundirse por el país. Las dificultades económicas y técnicas para realizar el grabado (ya que la carta tenía unas dimensiones considerables) obligaron a Fontán a viajar a París. En estos años, el geógrafo mejoró aún más una obra de ya enorme precisión. Las correcciones y nuevos cálculos que enviaba al taller de París fueron constantes.
Y por fin, en 1845, fue posible sacar una tirada de cientos de ejemplares que viajaron hasta el puerto de A Coruña, para repartirse desde allí por Galicia y España. Hoy, algunas de estas copias del grabado presiden lugares de referencia en Galicia, como el Parlamento, la Real Academia Galega de la lengua, la Facultad de Geografía de Santiago, donde estudió y dio clase Fontán, o la casa-museo del escritor Otero Pedrayo, uno de las figuras de la cultura gallega que más admiró a Fontán, y que utilizaba la Carta como guía de viajes para moverse por Galicia.

Imagen: Las anotaciones de las que se valió Fontán. (Manuel Rey)

A pesar del enorme esfuerzo que supuso componer una obra de esta magnitud, la vida de Domingo Fontán no se limitó a la Carta. Tal y como cuenta su tataranieto César Camargo, que hoy gestiona la Fundación que lleva el nombre del geógrafo, "harían falta varias vidas para vivir lo que él vivió". Al año siguiente de presentarle su mapa, la regente María Cristina lo nombre director del Real Observatorio Astronómico de Madrid. 
Fue también político, y entre 1836 e 1843 obtiene el acta de diputado en las Cortes por Pontevedra, Lugo y A Coruña. También fue empresario al heredar una fábrica de papel en Lousame, cerca de Noia, que administró durante años. Y en sus últimos años, el geógrafo también pudo ver cómo el mapa comenzaba a ser una herramienta para el desarrollo de Galicia que tanto anhelaba. La primera línea de ferrocarril, entre Cornes, cerca de Santiago de Compostela, y Carril (Vilagarcía de Arousa) se proyectó en base al consejo de Fontán y a su mapa. Participó en el diseño de la vía y fue uno de sus concesionarios.
Imagen: A la altura de Pontevedra.

Sin embargo, no la vio terminada. El 24 de octubre de 1866, siete años antes de la inauguración de la primera línea de tren de Galicia, Domingo Fontán fallecía a causa de una cistitis en el balneario de Cuntis, muy cerca de su aldea natal de Porta do Conde.
Desde 1988, los restos del autor de la Carta Geométrica de Galicia descansan en el Panteón de Galegos Ilustres, junto a Rosalía de Castro, Castelao y otras figuras clave de la cultura gallega. Sin embargo, su figura ha pasado desapercibida en amplios sectores de la sociedad. Y en el resto de España es un absoluto desconocido, a pesar de haber trazado el primer mapa científico de la península Ibérica, que tardó mucho, mucho tiempo en ser igualado.
En los últimos años, sin embargo, varias obras han rescatado la importancia de Fontán, como antes ya habían hecho Otero Pedrayo o Castelao. La novela Fontán, de Marcos Calveiro, y el ensayo Otra idea de Galicia, de Miguel Anxo Murado, han dado que hablar de nuevo sobre la magnitud de su figura. Y este año, la Real Academia Galega de Ciencias honrará al cartógrafo el 8 de octubre, con motivo del Día da Ciencia en Galicia, que recordará la vida y la obra del autor del célebre mapa con actos institucionales y actividades de divulgación. 
Imagen: A la altura de Santiago.

Hace un par de años, en la herramienta cartográfica que la Xunta de Galicia utiliza para conocer y administrar el territorio, se rindió homenaje a Fontán. Junto a todas las capas realizadas (el vuelo americano de los años 50, imágenes por satélite, los mapas más precisos que se han hecho gracias a la ortofotografía aérea) estaba superpuesta la Carta Geométrica de Galicia. Sorprende ver la exactitud de sus medidas y de la ubicación de los lugares que marcó Fontán respecto a lo que registraron más de 100 años después unas herramientas que costaron millones de euros. La Carta se desvía apenas unos cientos de metros.
Y en este mismo visor se puede comprobar otro detalle que ennoblece aún más la figura de Fontán. Por encima de todo el rigor científico, el geógrafo quiso marcar para siempre en la Carta el lugar de dónde vino. Si nos acercamos a Porta do Conde, su aldea, podremos leer la única licencia que se concedió después de más de 20 años de trabajo. Allí, entre paréntesis, bajo el nombre del lugar, está escrito "Patria del autor".

martes, 25 de setembro de 2018

O FIOT vén de ser galardoado co Premio da Cultura Galega nas artes escénicas.


«O obxectivo é ver o mellor de todo»


O FIOT vén de ser galardoado co Premio da Cultura Galega nas artes escénicas. Falou en Radio Voz o domingo Alberto Sueiro


CASAL

M. MEIZOSO P. BLANCO
CARBALLO / LA VOZ 25/09/2018 
Apenas quedan xa uns días. Este venres botará a andar o programa da 27.ª edición do Festival Internacional Outono de Teatro de Carballo, o FIOT, un encontro que nas últimas horas vén de ser galardoado co Premio da Cultura Galega na categoría de artes escénicas. Alberto Sueiro, presidente da asociación cultural Telón e Aparte, así como director do festival, participou esta pasada semana no programa Con voz de domingo, de Radio Voz, onde foi dando conta do que se achega.
-Programa longo, extenso, denso. Un mes enteiro de FIOT.
-Si, pretendemos que Carballo sexa o corazón de Galicia durante un mes. Son 41 espectáculos de teatro, 5 estreas, 7 seccións de artes escénicas... Programa denso, claro.
-As valoracións do festival carballés nas redes son espectaculares. Hai algo máis gratificante?
-O máis gratificante é ver como enchemos o teatro cada día que facemos función. Pero efectivamente, como en calquera faceta da vida, se gaban o que fas, mellor aínda. Iso é porque levamos moitos anos e facemos moitos amigos.
-Están especialmente satisfeitos desta edición? Presumimos?
-Sempre presumimos, porque en cada edición esforzámonos por presentar o mellor do teatro que se fai en España. Pero, efectivamente, dende hai un tempo ata aquí, creo que levamos unha traxectoria de ir medrando ano a ano: funcións, autores, dramaturgos...
-Cal é o perfil de público?
-Con 27 edicións temos xa un público educado, moi fiel, e logo, é verdade, un aforo bastante limitado. Polo tanto, a gran maioría a estas alturas é publico de Carballo, que medrou co propio FIOT.
-E novas xeracións, supoño.
-Si. Estamos traballando moito na creación de públicos. Esta edición, en concreto, dirixímola aos millennials, de forma absolutamente evidente. Reflexionamos que o propio FIOT é un millennial. Buscamos a conexión con ese público que responde a outros estímulos en termos de ocio. É o público dos próximos 25 anos de FIOT.
-E como se apaixona aos mozos?
-Nós intentámolo buscando autores moi bos e que respondan ao perfil desas novas xeracións. Espectáculos non só dirixidos a eles, senón tamén dirixidos aos demais para entendelos a eles.
-E como temos que entender o concepto FIOT? Vai máis alá.
-O festival, que en principio ten un marcado carácter local porque quería levar o teatro alí a onde non chegaba, ten dúas claves: a calidade e a diversidade. Pasaron 25 anos e hoxe o que pretendemos é que calquera espectador teña unha oferta durante un mes en Carballo. Así temos, por exemplo, a Rúa dos Contos, que cumpre 20 anos; unha parte dedicada aos nenos, o Fiotiño, co concurso de teatro lido en Radio Voz, a parte do festival que máis importancia ten para os rapaces; o OTNI, propostas máis contemporáneas e transgresoras; o Metro Cadrado, microteatro nos lugares máis diversos...
-O que se pode ver en Madrid ou Barcelona, tamén en Carballo.
-Exacto. As distintas formas de presentar as artes escénicas.
-Como se manteñen no tempo?
-Con dificultade e sorte. Moitas edicións estiveron no arame, pero dende o principio houbo un grupo entusiasta. Quizais a diferenza márcaa que, nestes máis de 25 anos, a nivel institucional, nunca tivemos a ninguén en contra. Pasamos por todas as combinacións políticas, e sempre con amparo. Logo, sobre todo, o bo acollemento que lle deu o público de Carballo, un público que ademais foi evolucionando [vese nas súas valoracións]: Carballo sente como propio o FIOT. Iso fai que sobreviva: que a xente conte con que no seu ano está o Nadal, o verán, o San Xoán... e está tamén o FIOT.
-Temos nesta edición algo tan diferente como Touriñán e Carlos Blanco con «Somos criminais» ou como Lolita Flores en «Fedra».
-Precisamente aí está o obxectivo: que se poida ver o mellor de todo. A Fedra que vén a Carballo é unha función apegada ao empoderamento da muller e á igualdade de xénero, valores aos que este festival ten que estar apegado.
-Dígame algo que destacaría.
-Ademais desa Fedra, e de Ron Lalá, do mellor do teatro en España, penso que é imperdible El tratamiento ou Iphigenia en Vallecas. Destacaría, tamén, Un enemigo del pueblo, espectáculo de Kamikaze e reflexión sobre a democracia no que os espectadores son os que deciden como segue a función. Nun dos dous pases antes da estrea, durou 12 minutos, porque eles decidiron que quedase aí. Destacaría, tamén, La tristeza de los ogros: o seu director é o neno prodixio do teatro europeo.
Dende hoxe, entradas e bonos para o público en xeral. Onte, luns, rematou o prazo para que os socios de Telón e Aparte mercasen os seus bonos. Hoxe quedará aberto para o público en xeral, que pode mercar xa de forma anticipada tanto os bonos como as entradas individuais para os espectáculos. Poderán facelo ata o día antes de cada función.



Calvo reserva 20 millones para afrontar su batalla con Aduanas

La conservera Calvo eleva hasta los 20 millones las provisiones para afrontar los litigios con Hacienda por sus importaciones de El Salvador
 
 
 
A Coruña, 25 de septiembre de 2018    
                        
Grupo Calvo, líder del sector conservero gallego junto a Jealsa, ha elevado a 20 millones la provisión para hacer frente al dilatado litigio que mantiene con Aduanas por las importaciones de atún de El Salvador. Este conflicto, que procede ya de los ejercicios 2007, 2008 y 2009, fue el que llevó a la compañía a hipotecar su marca y uno de sus inmuebles.

Calvo provisiona en un ejercicio al alza

Este movimiento ha perjudicado los beneficios de Calvo, que descendieron hasta los 17,9 millones (31,2 millones el año anterior) pese a cerrar un ejercicio positivo en cuanto a ventas. La cifra de negocio se elevó hasta los 618,3 millones, 43 millones más que en el curso anterior.

Los elevados precios de venta en los mercados europeos permitieron incrementar los ingresos pese a los retrocesos en Brasil y en Argentina. La división pesquera ha seguido el mismo patrón, pues con menos capturas logró elevar un 9% los ingresos.

Sentencias desfavorables en la Audiencia Nacional

Las mayores provisiones se producen después de que la Audiencia Nacional haya desestimado dos recursos contencioso-administrativos presentados por Calvo por una cuantía de 9,7 millones. “Los administradores mantienen abiertos todos los procedimientos de recurso existentes y en concreto el recurso de casación, al considerar no ajustada a derecho la sentencia recibida”, afirma el grupo en su memoria. Como avanzó este medio, Calvo llevó hasta el Supremo su batalla con Hacienda.
La conservera alberga fundadas esperanzas de salir bien parada del trance pues los tribunales no siempre se han pronunciado en su contra. De hecho, la propia Audiencia Nacional estimó su recurso en 2012 al considerar improcedentes parte de las liquidaciones reclamadas, aunque por una cuantía inferior a la que queda pendiente de fallo, 816.000 euros.

Todavía en fecha más reciente, en 2016, Calvo recibió una segunda sentencia favorable por valor de 8 millones, en este caso, correspondientes a una subvención del Ministerio de Agricultura que se había considerado incumplida debido a las actuaciones de Aduanas. El dinero trazó un camino de ida y vuelta, pues la compañía hubo de devolver el importe recibido antes de finalizar el litigio y el Ministerio acabó por devolvérselo el año pasado una vez resuelto el recurso.

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