mércores, 13 de abril de 2016

Un carballés, entre los cien ejecutivos españoles con mayor proyección. Federico Ávila

Federico Ávila es ingeniero de telecomunicaciones y diplomado en empresariales: trabaja en Isolux

Carballo / La Voz, 13 de abril de 2016. Actualizado a las 07:35 h.




Federico Ávila Álvarez es Ficos para familiares, amigos, vecinos. Como su padre, abuelo y bisabuelo. Es ingeniero de telecomunicaciones y diplomado en Empresariales, y en los últimos cuatro años largos (desde octubre del 2011) ha estado viviendo y trabajando en Texas. En concreto, en la capital, Austin, como responsable de la filial norteamericana de Isolux Ingeniería, del grupo Isolux Corsán, en el que trabaja desde el 2007. Estos años se los ha pasado desplazándose por todo el país. Pero la distancia es más llevadera al estar con la familia. En su caso, con su mujer, una médico alergóloga natural de Zaragoza, y sus cinco hijos. La mayor tiene diez años. El más pequeño, el único que nació en Estados Unidos, tiene 6 meses.

Su familia sigue en Texas, pero Ficos está en Madrid desde hace apenas dos meses, La empresa lo ha destinado a España como director general de las áreas corporativas del grupo, que incluye recursos humanos, sistemas y comunicaciones, servicios generales, compras, control de costes o administración corporativa. Ellos llegarán cuando los niños acaben el colegio, para empezar el curso ya en España.

El traslado ha coincidido con la publicación de su nombre como uno de los cien ejecutivos jóvenes (hasta 40 años) con mayor proyección, al lado de responsables de empresas como Facebook, Google o El Corte Inglés, o de apellidos de los más lustrosos de las grandes empresas históricas españolas. Ávila aparece en el número 49, en un análisis elaborado por el prestigioso Instituto Choiseul, que cada año elabora el listado de los mayores talentos en Francia, y que por primera vez salta a España. Analiza 17 sectores y se basa en 125 características de cada candidato, que se resumen en cinco grupos: aptitudes, trayectoria profesional, la influencia que ejerce, la reputación social y su capacidad de liderazgo. Ávila señala que es un «orgullo» aparecer en esa lista. Pero lo matiza: «Lo de los ránkings tampoco me gusta mucho, no le doy excesiva importancia. Aunque ahí hay gente de mucho nombre y yo soy una persona de una familia normal de Carballo».

La experiencia americana se ha quedado atrás. «Ha sido muy positiva, he trabajado en un mercado apasionante, con muchas oportunidades, ha sido muy interesante y enriquecedor desde el punto de vista personal y vital», explica.

«Lo más complicado» ha sido estar lejos de las dos familias, la propia y la de la mujer, sobre todo en determinadas circunstancias en la que se «echaba en falta estar cerca». En compensación, los siete (hasta hace poco, los seis) han sido una piña. También le ha gustado «conocer otra cultura, abrir la mente, e incluso sentirte inmigrante, no eres americano. No he notado diferencia de trato -aclara-, no tengo queja y con nosotros se han portado muy bien, pero sabes cómo es adaptarte a un país que no es el tuyo. Los pequeños lo ha llevado de maravilla. Entre ellos hablan inglés y el regreso a España les va a costar. Federico confía en que tras el largo verano se vayan adaptando cada vez mejor. En España se van a perder el apasionante año electoral de Estados Unidos. «Trump no va a salir», asegura. Cree que su irrupción es algo similar a lo que ha pasado en algunos países europeos, y ve a Hillary Clinton con más posibilidades.

Federico Ávila dice que, de lo que más le gusta de Estados Unidos, es que «la gente respeta las normas, la Justicia funciona y se reconoce al que triunfa. En España hay más calidad de vida, pero allí la vida es más cómoda, sobre todo por los horarios». De Carballo, añade, ha presumido siempre. «Aquí la calidad de vida es excepcional. El tamaño y las distancias son perfectas». Puestos a buscar un pero, la humedad: prefiere un clima algo más seco.

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