Ana Cararsco se ha convertido en la nueva referencia del deporte femenino a nivel mundial al ganar el campeonato del mundo de Supersport 300. Es la primera mujer que gana un título mundial
Ana Carrasco, campeona del mundo. (@AnaCarrasco_22)
30/09/2018 13:25 - Actualizado: 30/09/2018
Hace un año, en el circuito de Portimao, Ana Carrasco logró
su primera victoria en la nueva categoría de Supersport 300. Fue un triunfo que
pasó prácticamente desapercibido más allá de los medios especializados. Un año
más tarde, Carrasco, después de ganar un par de carreras más y liderar el
campeonato casi desde su inicio, se ha proclamado campeona del mundo de
Supersport 300. Y esta vez la noticia dará la vuelta al mundo.
Carrasco logró el título de manera épica, por solo un punto
de diferencia sobre el también español Mika Pérez y tras salir desde la 25ª
posición en el circuito francés de Magny-Cours. Durante muchas vueltas tuvo
perdido el título. Pérez y el neerlandés Scott Deroue luchaban por las primeras
plazas mientras Carrasco rodaba al final del pelotón, la 20ª posición. Pero a
ocho vueltas del final, todo empezó a cambiar. Deroue sufrió una avería y
Carrasco comenzó su remontada. A cinco vueltas para el final aún era 19ª, pero
logró cruzar la meta 13ª y sumar los puntos necesarios para superar a Pérez en
un punto, que terminó segundo.
El triunfo de la piloto murciana es mucho más importante y
trascendente de lo que a primera vista puede parecer. El deporte femenino
siempre ha estado segregado del masculino. Las competiciones de motor son,
seguramente, las únicas en las que las mujeres y los hombres compiten en
igualdad de condiciones, sobre el mismo terreno y con las mismas armas. Por eso
el título de Ana Carrasco marca una nueva referencia en la historia del
deporte, y la murciana pasará a la posteridad como la primera mujer que gana un
campeonato en disputa abierta con los hombres.
En el pasado hubo pioneras que estuvieron cerca del éxito,
como Michele Mouton, con Fabrizia Pons como copiloto, que fue subcampeona del
mundo de rallyes en 1982 y ganó cuatro carreras del Mundial. Ella fue, sin
duda, la primera referencia. También fue inolvidable el triunfo de Jutta
Kleinschmidt en el Rally Dakar de 2001, y notables pioneras como Taru Rinne y
Tomoko Igata, en los años ochenta y noventa, que consiguieron los mejores
resultados de una mujer en un gran premio motociclista: un séptimo puesto en
una carrera del Mundial de 125. También María Herrera marcó un hito en 2013 al
ganar dos carreras del Campeonato de España de Velocidad (CEV), antes de que
este certamen terminara convertido en el FIM CEV Mundial Junior.
En el caso del motociclismo, algunas especialidades cuentan
con campeonatos específicos para mujeres, como el motocross, el enduro y el
trial, y también hay campeonatos nacionales femeninos, pero son cada vez más
frecuentes las mujeres que se miden con los hombres de tú a tú, porque no se
ven diferentes de ellos –y no lo son–, porque son como cualquier otro piloto
del 'paddock'. Es imprescindible citar a Laia Sanz, múltiple campeona del mundo
de trial y enduro femeninos, y destacada en el Rally Dakar –es la mujer que ha
logrado la mejor clasificación final en la carrera–, pero el físico marca mucho
las diferencias en las especialidades 'off-road' de moto. Siendo niña, en edad
cadete (13 años), Laia batió a toda la competencia masculina en el campeonato
de España, y siguió compitiendo a nivel nacional absoluto alguna temporada más,
antes de centrarse en los campeonatos femeninos de trial.
En 2016, la finlandesa Kirsi Kainulainen, pasajera en el
side pilotado por Pekka Päivärinta, ganó el campeonato del mundo de sidecares,
convirtiéndose así en la primera mujer que logra un título mundial absoluto,
aunque en este caso no se trataba de un título individual.
El año de la mujer
Ana Carrasco ha roto el techo de cristal del deporte
femenino, y lo ha conseguido en 2018, un año clave para la reivindicación de la
mujer. Desde el pasado 8 de marzo, Día de la Mujer, se han sucedido e
incrementado los movimientos y las acciones de las mujeres para conseguir el
espacio que se merecen. Con su triunfo en el Mundial de Supersport 300, Ana
Carrasco ha dado un nuevo impulso a esas reivindicaciones y ha demostrado a
todo el mundo que la mujer no tiene techo.
Además, por encima de reivindicaciones de género, el éxito
de Ana Carrasco es la recompensa al esfuerzo de una deportista que se ha
sacrificado y ha luchado con humildad y dedicación. Ana forma parte de una
generación de niñas que se enfrentaron sin complejos a un deporte que años
atrás parecía destinado exclusivamente a los hombres.
"En las motos es difícil lograr buen material si eres
mujer, confían más en un hombre"
Samuel Ruiz
La murciana volvió a inscribir su nombre en la enciclopedia
de las dos ruedas tras imponerse en Portugal. Una consecuencia a una vida con
mucho sacrificio en un mundo de hombres
Desde los cuatro años montó en moto, y en cuanto pudo
compitió. Con 14 ya estaba en el CEV, puntuando, y en 2013 debutó en el Mundial
de Moto3, donde logró una octava posición como mejor resultado. Es, después de
las de Rinne e Igata, la mejor clasificación de una mujer en un gran premio.
Los dos siguientes años fueron duros, con resultados pobres y un paso discreto
por Moto3. Recogió velas y se concentró en el FIM CEV, pero corriendo en Moto2,
donde tampoco le acompañó la fortuna.
Una situación así no resulta fácil para ningún piloto, y con
frecuencia es sinónimo de declive, una palabra terrible cuando sólo se tienen
19 años. Ana Carrasco no se rindió. La nueva categoría de Supersport 300,
encuadrada dentro del Mundial de SBK, el campeonato para motos derivadas de
serie, le dio una oportunidad de reinventarse. Alejada de la atención
mediática, con resultados discretos al inicio, pero totalmente confiada en sus
posibilidades, Ana fue creciendo poco a poco en el campeonato.
Para algunos no dejaba de ser una exótica presencia en el
campeonato mundial de velocidad más básico de cuantos existen, pero basta con
ver cómo son las carreras de SSP 300 para darse cuenta de que, aunque se trate
de las motos menos potentes de cuantas hay en competición mundial, también es
la categoría más abierta y disputada de cuantas existen. Su victoria en
Portimao en 2017 resultó espectacular, y la contundencia con la que se puso a
mandar en el presente Mundial tras los triunfos en Imola y Donington es la
constatación de su madurez deportiva. Es una merecida campeona.
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