Los expertos alertan de los riesgos de las fiestas familiares y los botellones
TONI LONGUEIRA
CARBALLO / LA VOZ DE GALICIA
La denominada primera
oleada de expansión del covid-19 -entre marzo y junio- se saldó en la Costa da
Morte con 21 fallecidos confirmados y más de 180 positivos. Son datos
oficiosos, que no oficiales, toda vez que las autoridades sanitarias nunca
facilitaron información al respecto.La llegada de la nueva realidad trajo
consigo nuevos rebrotes en Galicia. Sin embargo, y tocando madera, el
coronavirus parece haberse olvidado de la Costa da Morte. Ahora bien, ¿por qué
la incidencia está siendo menor que en otras comarcas de similar tamaño
poblacional? La respuesta es muy sencilla. La dispersión y el envejecimiento
poblacional -uno de cada cuatro vecinos tiene más de 65 años- hacen de barrera
social a la hora de una posible transmisión del virus. Lo que en otros
aspectos, como los económicos, supone un serio problema, en materia sanitaria
representa un gran aliado. «No es lo mismo residir en Coristanco o en Cabana
que hacerlo en Milladoiro. No es lo mismo vivir en un bloque de pisos, que en
el rural, donde entre casa y casa hay cien metros», apuntó un médico experto en
la materia, que prefiere mantenerse en el anonimato.
Cúpula del Anllóns. Este lugar llegó a ser uno de los focos
principales de botellones en Carballo. En los últimos años se han dejado de
realizar, en gran parte debido al auge de la calle de la Estrella, donde se
encuentran los pubs
Las relaciones sociales en el rural de la Costa da Morte son «diferentes» y más cuando se trata de personas mayores, que, en teoría, suelen tener una menor vida social. Pero además hay otro elemento que juega a favor de la comarca. Si hubiera un positivo o un rebrote, la trazabilidad para localizar al denominado paciente cero sería mucho más fácil y más rápido. «Los contactos sociales entre vecinos y familiares suelen menores en el rural, por lo tanto a la hora de analizar con quién estuvo una persona que se acaba de contagiar, es mucho más fácil de averiguar. Además de que, a diferencia de otras enfermedades como la tuberculosis, con gran estigma social, en el caso del covid-19 la gente no miente sobre con quién ha estado en los últimos días».
Los botellones son una vía de transmisión del virus muy efectiva y peligrosa
Pero los expertos advierten de hay dos factores que pueden hacer saltar todo por los aires en cualquier momento: las fiestas familiares y los botellones:
«Los botellones son, sin duda, una vía de transmisión del virus muy efectiva y peligrosa»
Xosé María Arán el vicepresidente del colectivo Vieiro de Carballo, . Y añadió: «El consumo de alcohol en la calle conlleva, por un lado, la sensación que tienen los jóvenes de que la enfermedad no va con ellos porque apenas hay positivos registrados y, por tanto, se relajan a la hora de tomar precauciones, como beber del mismo vaso o no utilizar las mascarilla. Y la segunda es que la desinhibición va a más cuando la ingesta va siendo cada vez mayor, por lo que es necesario actuar en la erradicación inmediata de los botellones», esgrimió Xosé María Arán.
«El estilo de vida del rural frena la propagación del coronavirus»
Alejandro Ávila es neonatólogo, por eso, a la hora
de ofrecer su versión sobre la transmisión del virus apela a la prudencia
profesional, «toda vez que hay algunos aspectos del virus que los epidemiólogos
y virólogos todavía no tienen claro». Y añadió: «Si algo hizo el covid-19 fue
tirar por tierra algunos comportamientos estandarizados de los virus». Sí
señaló que, desde su punto de vista, la dispersión poblacional ralentiza la
posibilidad de un posible rebrote: «El estilo de vida del rural frena de alguna
forma la propagación del coronavirus. El envejecimiento de la población es un
elemento a tener en cuenta, al igual que la dispersión, pero quiero dejar claro
que no se puede generalizar». Y argumentó: «Cuando saltó todo esto de la
pandemia yo estaba en Australia por trabajo. Allí se habló de que la incidencia
sería menor al tratarse de un continente con una población muy dispersa. En la
actualidad hay zonas con elevados niveles de contagios».
«Ojo con este virus, no es una broma, se trata de algo muy serio»
Alfonso Mariño es un oncólogo radioterapéutico de
Carballo y sufrió en sus propias carnes la incidencia del covid-19: «Estuve 16
días ingresado en el hospital por neumonía bilateral. Tengo 61 años y las
secuelas aún las sufro a día de hoy: se me nota sobre todo cuando hablo durante
mucho tiempo, que me fatigo. Ojo con este virus, no es una broma, se trata de
algo muy serio y del que todavía los epidemiólogos desconocen algunos
aspectos».Alfonso Mariño coincide con los expertos en que para evitar la
transmisión hay que tener en cuenta tres factores. El primero es la distancia
social y, en ese sentido, la dispersión y el envejecimiento de la población,
que en el caso de la Costa da Morte resulta beneficioso. El segundo elemento a
tener en cuenta es el uso de las mascarillas y, el tercero, la higiene
constante». Pero advirtió de los peligros de las fiestas familiares: «Son
potencialmente peligrosas si no se toman las medias adecuadas». Los bulos se
extienden por la Costa da Morte, ahora un falso rebrote en RazoLos bulos se
propagan por la Costa da Morte a la velocidad de la luz. Hace una semana se
hablaba de un posible rebrote en Fisterra que, por suerte, acabó siendo un
positivo que se recupera en su domicilio. Ahora le ha tocado el turno a Razo y,
en concreto, una empresa de ocio vinculada al surf. Que si había una mujer de
Barcelona que se había contagiado y que había derivado en siete positivos más.
Nada de nada. Lo confirmaron en el área sanitaria de A Coruña y Cee y lo
ratificación en la propia empresa: «Hubo un niño que tuvo otitis y ya se empezó
a especular con un positivo en covid-19, algo que es absolutamente falso»,
recalcaron ayer en la empresa vinculada a los deportes náuticos.
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