Había algunos rumores, pero no eran lo suficientemente insistentes o no parecían lo bastante fundamentados para darles credibilidad. Por eso, el anuncio realizado ayer por el grupo conservero Calvo haciendo oficial su decisión de echar el cierre a su planta de Esteiro, en el municipio coruñés de Muros, cayó como un jarro de agua fría en la comarca. Este paso supone el traslado de la actividad y de la plantilla a las instalaciones de la compañía en Carballo y responde, según indicó la propia firma, al desarrollo de un ambicioso plan de transformación industrial que se ejecutará en los próximos cuatro años.
En un comunicado, Calvo explicaba que la integración de todas sus operaciones de producción en la planta de Carballo conlleva el cese de la actividad en la factoría de Esteiro, en la que actualmente solo se realizan actividades de limpieza de pescado «y cuya capacidad y competitividad se había visto mermada en los últimos años». Esto afecta a una plantilla compuesta por alrededor de un centenar de trabajadores, a los que la firma garantiza el mantenimiento de la totalidad del empleo y les ofrece la posibilidad continuar su labor en las instalaciones de la capital de Bergantiños, a unos 70 kilómetros de distancia. El grupo también ofrece ayudas para los desplazamientos (es casi una hora en vehículo).
Problema grave
Sin embargo, las facilidades que la compañía pueda dar a los trabajadores para desplazarse a Carballo no parecen suficientes para garantizar que todos ellos puedan continuar vinculados a Calvo. Eso apuntaban tanto desde el comité de empresa como la propia alcaldesa de Muros, María Xosé Alfonso, que calificó de «moi mala nova» el cierre de la planta de Esteiro y añadió que supone «un problema moi serio para moitas familias que dependen do traballo en Calvo, non só de Esteiro, senón de todo o municipio e doutros concellos limítrofes. Isto vai ter un importante impacto económico e social en toda a contorna».
La regidora, que ya ha solicitado una reunión con los responsables de la compañía para conocer con detalle las razones que llevan al cierre, recibió la notificación por parte de la propia firma después de una reunión con el comité de empresa. En ese encuentro se explicó que, en principio, la intención es que la planta de Esteiro quede vacía a finales de este año.
Por su parte, fuentes de Calvo explicaron que la planta de Carballo se convertirá en «un referente de eficiencia, innovación tecnológica, competitividad y sostenibilidad en el sector» y se acometerán inversiones.
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