Los jueces vinculan la ruptura del contrato con Mercadona en el año 2008 al cierre de la planta de Calvo en Esteiro nueve años después.
Así es la historia del hundimiento económico de una
conservera gallega después de la escisión comercial con la cadena de Juan Roig
hace once años.
La ruptura del contrato con Mercadona hundió paulatinamente
la fábrica de conservas de Calvo en Esteiro (Muros) hasta su cierre en 2017.
Esa es la conclusión a la que llegan los jueces de la Sala
de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia para responder a una
demanda presentada por CCOO contra el procedimiento que acabó en la clausura de
la factoría y la subrogación de un centenar de trabajadores al centro del grupo
conservero en Carballo (A Coruña).
Frente a los argumentos de CCOO, que alegaba, entre otras
cuestiones, que no estaban probadas las razones económicas, productivas y
técnicas para el traslado de los trabajadores, la Sala explica que la planta
generó números rojos desde la finalización del contrato con Mercadona, nueve
años antes del cierre definitivo de la factoría.
Las pérdidas “se agravaron desde el año 2014”, de manera que
el margen bruto cayó en tres años desde los 5,58 millones hasta los 3,65
millones. Las pérdidas se fueron
acumulando.
En 2015 ascendieron a 1 millón; en 2016 a 863.00 euros; y en
2017 a 1,6 millones hasta octubre, mes en el que la distribuidora del grupo,
Calvo Conservas, absorbe a su filial de Esteiro.
El aumento del peso del gasto de personal en el balance y la
caída del resultado de explotación (que arrojaba un resultado negativo de 1,3
millones en 2016) dieron la puntilla a la factoría.
La influencia de Mercadona
foto: REUTERS/Sergio Perez
“Aunque pudiera entenderse que la conclusión de las
relaciones comerciales con Mercadona carece de actualidad, dado el tiempo
transcurrido desde que tuvo lugar (2008) hasta la adopción del acuerdo
litigioso (2017), en cualquier caso se revela como antecedente necesario y
original de la situación deficitaria de Conserveira de Esteiro SAU, por haber
motivado, desde aquel ejercicio económico, las medidas decididas y duraderas
que Grupo Calvo adoptó”, explica la Sala para descartar que la conservera
creara una situación artificiosa para justificar el traslado de la plantilla
por motivos productivos.
La sentencia, fechada el pasado 17 de julio, insiste en la
influencia decisiva que tuvo la marcha de Mercadona, ahora cliente de
referencia de la otra gran conservera gallega, Jealsa, para el declive de la
planta.
De hecho, indica que la pérdida del contrato con la cadena
“no ocasional ni temporal sino definitiva, dio lugar a una situación de importante
disminución de la previsión de producción futura con el consiguiente desajuste
entre la plantilla de la empresa y las necesidades de producción, pues el
descenso -en el caso, la ausencia- de pedidos determinó la reducción -ahora, la
inexistencia- de los elementos o componentes a fabricar, con la consiguiente
repercusión en su plantilla de trabajadores”.
Conservera Calvo en Esteiro, A Coruña
En los hechos probados, el fallo judicial explica que Calvo
trató de reconducir su planta de Esteiro desde 2010, incorporando una línea de
producción de platos preparados para posicionarse en un mercado premium,
“realizando al efecto inversiones así como campañas de marketing”.
La iniciativa duró hasta 2016, poco antes de que el grupo
decidiera echar el cierre asegurando que la planta de Esteiro tenía importantes
deficiencias en “tecnología, calidad y medioambiente” y presentaba una
productividad “muy inferior” a la planta de Carballo.
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