venres, 1 de abril de 2011

CARMEN RIVES SUAREZ, EN XENTE DE AQUI, DE ALA E DE ACOLA

XENTE DE AQUI DE ALA E DE ACOLA.

Programa de entrevistas, en clave persoal, que emitirá BERTV A televisión de Bergantiños CANAL 31.Dirixido e presentado por Xosé María Arán.


Emitese os venres ás 21 horas e reponse os sábado e lúns ás 12:00 e ás 16´30.

Dona. Carmen Rives Suárez.
Emisión: 01-04-2011


Coristanco 1950.
Por si fuera poco haber ejercido como dependienta, costurera, voluntaria de Protección Civil y empresaria, Carmen Rives también ha hecho sus pinitos en el teatro, la música e incluso en el tenis. Formó parte de la junta directiva de Axober y es la presidenta del Comité de Irmanamento de Carballo con L'Isle Jourdain. Siempre tiene que estar metida en algo. «Yo creo que se nace», bromea.

Su periplo geográfico ha sido tan o más completo que el profesional. Tal vez haya tenido que ver lo uno con lo otro. Sus padres vivían en Cee, pero ella nació en Coristanco. «Mis abuelos maternos eran de Centiña, y yo estoy bautizada en San Paio». Pero su estancia en el municipio natal no llegó más allá del bautizo. Carmen Rives fue la segunda de seis hermanos. Su abuelo paterno, guardia civil de profesión, era natural de Cuenca, y su abuela, de A Coruña, pero se instalaron en Cee. Allí vivieron también sus padres y ella pasó los primeros quince años de su vida. «Nos marchamos porque mi madre tenía mucho miedo a la fábrica de carburos. Se empezó a morir un montón de gente», recuerda.

Su siguiente destino fue Carballo, pero en aquellos años no resultaba fácil encontrar trabajo. Aun así, tras algunas experiencias fallidas en Cee, en la capital de Bergantiños empezó la relación de Carmen Rives con el sector textil. «Echo de menos no haber llevado un diario, porque ahora me gustaría recordar algunas fechas y no soy capaz». Solo pasaron cuatro años hasta que la familia volvió a hacer las maletas, esta vez con destino a Francia, donde permanecieron durante casi nueve años.

Carmen Rives guarda excelentes recuerdos del país vecino. «Cuando nos fuimos solo sabía decir algunas cosas que aprendías en las canciones, pero me cayó muy bien el idioma», y eso facilitó su integración en la sociedad gala, en la que asegura que nunca se sintió discriminada ni rechazada por ser extrajera. Formó parte de Socorro Popular, pero la decepcionó la politización de la organización: «Si me quiero meter en la política me meto en la política, no en una asociación para ayudar a la gente», afirma. Fue voluntaria de Protección Civil, colaboró en el rescate de víctimas de accidentes de tráfico y se hizo socia del club de tenis. «Digamos que me metí mucho en la sociedad del pueblo, porque yo creo que si vas por unos meses no hace falta, pero si vas a vivir allí y no sabes por cuánto tiempo tienes que meterte. No entendía yo que hubiera españoles que no hiciesen eso», dice.

Cuando la familia regresó a Carballo, Carmen tenía ya mucha experiencia en el sector textil. En la capital de Bergantiños empezó a trabajar en la confección con sus hermanas, pero después de su boda se trasladó a A Coruña, donde nació su hijo Fran en 1984. La maternidad no le impidió continuar con su profesión ni con su formación, y se matriculó en un curso de decoración a distancia.

De nuevo en Carballo
El año del regreso a Carballo fue 1990. Feiraber se celebraba todavía en la plaza del Concello, y allí expuso sus cortinas. «Fue cuando la gente me empezó a conocer un poco aquí», señala. Esa primera participación en la feria multisectorial fue determinante en su profesión, ya que a partir de ese momento se introdujo en Axober -formó parte de la junta directiva «dos legislaturas y pico», bromea- y en el movimiento empresarial y asociativo de la localidad.

A pesar de su carácter abierto y optimista por naturaleza, Carmen Rives augura malos tiempos para el comercio. «La gente que tiene mi edad -dice- está aguantando para ver si se puede prejubilar o jubilar. En Carballo hay mucha gente que vive de esto, y estamos todos a ver qué pasa». Desde su punto de vista, las cosas nunca volverán a ser lo mismo, porque la sociedad prioriza cada vez más el ocio sobre otro tipo de consumo. Y tal vez por esa época de vacas flacas que vive el sector entiende aun menos que se hayan dejado escapar oportunidades como la de Feiraber.

«La gente no sabe por qué dejó de hacerse. Fue por muchas cosas, porque empezaba a ser siempre lo mismo, porque daba mucho trabajo... pero también porque Axober no podía asumir en solitario el riesgo de la financiación. Al principio lo hacía el Concello, y el último año fue a medias, pero jugábamos con el dinero de las entradas del domingo, y era demasiado riesgo para una asociación», explica. Y a continuación lanza un reto: «Yo echo de menos algo así. Creo que Carballo tiene suficiente potencial para organizar varias ferias sectoriales: del textil, de la automoción... y, por supuesto, la Festa do Pan». Es una pena que dejase de celebrarse.

Carmen Rives nunca desató el lazo que la une con Francia. Pero con la creación del Comité de Irmanamento de Carballo con L'Isle Jourdain pudo hacerle un doble nudo. «Me hacía ilusión mantener el contacto con Francia. Por eso me metí; por eso y porque me lo pidieron». Ha estado ahí desde el principio. «El primer año que hicimos el intercambio fue un desastre, pero después ya se organizó el comité y empezamos a hacer cosas». No son muchas, pero se siente especialmente satisfecha de los cursos de francés, que siguen teniendo demanda año tras año.
Los «hermanos» galos tienen más medios. «Le voy a pedir al alcalde un local. La nuestra no es una asociación al uso, es del Ayuntamiento», argumenta.
Cristina Abelleira (LVG).


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