Ana García
«Xa non teño moito tempo / de
deixala como era/ verde cheíña de rosas / mesturada con folerpas». Este es un extracto de Terra, un tema mítico del
también mítico grupo carballés Xocaloma, que aún saben cantar -y se emocionan
con él- muchas personas. No muy jóvenes, por supuesto, porque esta canción
tiene justo 40 años. Era el primer tema que sonaba en el disco del mismo
nombre, Terra, publicado por Zafiro, cuya portada era una foto de un hórreo de
Coristanco.
Terra,
que nunca se ha ido, regresa a la actualidad, y es curioso que lo haga con esa
efeméride redonda. Llega de la mano de Lucía Pérez, la cantante de O Incio que
se hizo famosa en toda España cuando representó al país en Eurovisión, y que
además conoce muy bien la Costa da Morte, donde ha actuado en numerosas
ocasiones. También lo ha hecho en los centros gallegos de Suiza, que
capitalizan los emigrantes de la zona. Curiosamente, es de nuevo el primer tema
en el disco de la cantante, titulado Quince soles.
Terra
es, como la gran mayoría de los temas de Xocaloma, de la autoría de Xosé Luis
Silva Romaní, uno de los fundadores del grupo, que ya venía gestándose desde
atrás (la parroquia tuvo mucho que ver) en su fase de formación, pero que se
estrenó con disco en aquel año 1978. Silva Romaní fue su gran impulsor, y de él
es la primera sílaba, Xo, a la que se unían tres más de otros tantos
intérpretes, que con los años acabarían variando. El propio Silva fue uno de
los que dejaron el grupo, cuatro años más tarde.
Silva Romaní, jubilado de Calvo; músico (guitarra,
violín, voces) y compositor, reconoce que se llevó una «extraordinaria
sorpresa» cuando Lucía contactó con él para cantar su tema. Porque, además, le
gusta cómo interpreta y el resultado de su disco. Y además lo emocionó saber
que la artista eligió especialmente esa canción por todo lo que significa. Ella
misma la cantaba de niña (la escuchó de segundas, porque nació en 1985) y quiso
incorporarla a uno de sus trabajos, momento que ha llegado. Es hasta posible
que pueda cantarla en Carballo más adelante, pero eso ya se verá.
Amplia
producciónEste estreno es también un aldabonazo en la época musical de Silva, olvidada hace ya mucho, aunque siga tocando en casa, o aunque los registros de la Sociedad General de Autores certifiquen su elevada productividad, con más de 80 canciones a su nombre. Tal vez sus últimas composiciones son las que realizó para Pucho Boedo, a petición de este. Recuerda lo que inspiró aquel disco: «A miña filosofía de vida está nesas cancións. Meu pai era mestre, e pasaba moitas épocas na aldea, na comarca de Ordes, con todas as vivencia posibles. Eu plasmaba a infancia que vivira na terra. Eu, como os demais, sachaba, cavaba, andaba coa vacas... Aprendín moito da xente maior. E iso canteino despois. Terra é a infancia que vivín», explica.
Para explicar sus cuatro intensos años en el grupo
haría falta un libro más que un artículo. Cómo salió todo del Club Xuventude
hasta las grabaciones en Madrid. Relata Silva que Nonito Pereira supo de ellos,
vio que lo hacían bien. Les pidió una cinta, se la enviaron, y a la semana
siguiente se vieron en un coche directos a Madrid para grabar en los estudios
de la plaza de Callao, durmiendo en el hotel Capitol. «Para o segundo disco e para o
terceiro xa fomos en avión», recuerda Silva.
Vendían muchos discos entonces. Y giraban bastante. Era la época de eclosión de
los buenos grupos de música tradicional, y ahí estaba Xocaloma a la par con
Fuxan os Ventos o con Milladoiro, y con otros internacionales que coincidían en
festivales. Fue una época dorada. Pero ya no volverá. Al menos, lo hace a
medias con voces tan buenas como la de Lucía.
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